Primavera Sound 2024: Conexión y contraste en el Parc del Fòru
por Alexandra Sansores
Barcelona, Parc del Fòrum.
El Primavera Sound ha vuelto a hacerlo. Ha vuelto a ponernos la piel de gallina, a dejar nuestra voz ronca, a conectarnos con completos desconocidos como si los conociéramos de toda la vida. Entre el 30 de mayo y el 1 de junio de 2024, más que un festival, vivimos un estado emocional colectivo. El clima nos dio tregua, el mar fue cómplice, y la música… la música fue testigo de un viaje donde las etiquetas dejaron de importar.
🎧 Día 1 — Entre la melancolía y la comunión masiva
Headliners: Lana Del Rey, Pulp, Phoenix, SZA
A las 20:45, Phoenix encendió el Parc del Fòrum con un set energético que se sintió como un abrazo familiar. Con Lisztomania y 1901, la banda francesa reafirmó que hay himnos que no envejecen. En contraste, SZA desbordó ternura y poder: sus coreografías suaves y visuales surrealistas acompañaron un recorrido emocional donde Kill Bill y Nobody Gets Me tocaron fibras profundas.
Pero la reina de la noche fue Lana Del Rey. Subió al escenario como si flotara, rodeada de bailarinas en cámara lenta y un montaje digno de una ópera moderna. Su show fue una mezcla de rito, performance y confesión íntima. “Barcelona, this is my favorite festival,” dijo entre lágrimas. Y la multitud respondió como si la conociera desde siempre.
“Cuando Lana cantó Ride, sentí que estaba hablando por todas nosotras. Fue hipnótico.” — Clara, 29 años
La noche cerró con Pulp, quienes demostraron que los clásicos no pierden fuerza, sino sentido. Common People fue, una vez más, un grito compartido que sacudió hasta al fan más joven.
🌿 Día 2 — El pulso queer, lo visceral y lo performático
Destacados: Troye Sivan, Arca, Mitski, Justice, Charli XCX
El segundo día fue una declaración. Primavera Sound siempre ha sido un espacio para lo diverso, pero este año se sintió más político, más corporal. Arca ofreció un espectáculo de arte radical: sonidos industriales, visuales mutantes, y una presencia escénica que desbordó lo binario. Fue incómodo, bello, y liberador.
Mitski, en cambio, nos envolvió en un silencio emocional que solo ella sabe convertir en arte. Entre Washing Machine Heart y Nobody, su entrega fue cruda, teatral, minimalista y devastadora.
A mitad de la noche, Troye Sivan transformó el escenario en una pista de baile queer, sin inhibiciones. Rush, Angel Baby, Got Me Started… todo se sintió como una celebración comunitaria.
“Ver a Troye con todo el escenario iluminado en rosa, ver a la gente besarse, abrazarse, llorar. Eso fue libertad.” — Javier, 23 años
Y luego vino Justice. Electrónica, luces estroboscópicas, distorsión eufórica. El Fòrum tembló con cada beat.
🌊 Día 3 — Ruido, ternura y despedidas
Headliners: PJ Harvey, The National, Rosalía (sorpresa), Kim Gordon, FKA Twigs
La jornada final fue un vaivén entre nostalgia, agresividad y elegancia. Kim Gordon rugió con fuerza. En sus sesenta y tantos años, la ex-Sonic Youth demostró por qué sigue siendo un pilar de la contracultura.
PJ Harvey ofreció uno de los momentos más memorables del festival: entre Let England Shake y Down by the Water, dedicó su set a Steve Albini, visiblemente conmovida. El respeto fue tal, que la audiencia guardó un silencio reverente tras cada canción.
The National nos envolvió con su habitual melancolía expansiva. Matt Berninger, copa de vino en mano, se paseó entre el público durante Fake Empire, generando uno de esos momentos que parecen coreografiados por la vida misma.
Y cuando creíamos que no había más, Rosalía subió al escenario de forma inesperada para un dueto con Carolina Durante, confirmando que el Primavera siempre guarda sorpresas para quienes se quedan hasta el final.
📸 Lo que vimos (y sentimos)
Outfits como manifestación de identidad: glitter, transparencias, botas vaqueras, banderas queer, camisetas de bandas, y rostros pintados con emoción.
Parejas que se conocieron ahí mismo. Grupos de amigos que no dejaron de bailar.
Lágrimas durante Norman Fucking Rockwell.
Una chica sola viendo a Mitski con los ojos cerrados y los labios temblando.
Un chico de 20 abrazando a su mamá al ritmo de Pulp.